Mundos íntimos. Salí de las redes por una semana. Me sentí muy ansiosa pero lo “terrible” fue que nadie percibió mi ausencia.

Mundos íntimos. Salí de las redes por una semana. Me sentí muy ansiosa pero lo “terrible” fue que nadie percibió mi ausencia.

Sin postear. La necesidad imperiosa de dar a conocer lo que hacemos nos quita espontaneidad. En vez de estar presentes, imaginamos qué poner en la pantalla virtual.