Mundos íntimos. Cuando era chica, una mujer me pegó porque no quería ser amiga de su hija. Ahí supe qué era el miedo.

Mundos íntimos. Cuando era chica, una mujer me pegó porque no quería ser amiga de su hija. Ahí supe qué era el miedo.
Solitaria. No le gustaba ir a la casa de las compañeras o a los cumpleaños. Prefería estar sólo con la (poca) gente que elegía. Hasta que una mujer desaforada, extraña, rompió su tranquilidad.