31 DE OCTUBRE: DIA DEL ISLEÑO

31 DE OCTUBRE: DIA DEL ISLEÑO

Es una fiesta muy querida por el isleño, que se celebra en forma ininterrumpida desde 1936, fecha en que este día fue consagrado oficialmente por decretos de los gobiernos de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.

En sus comienzos se celebraba el mismo 31 de octubre, muchas veces en el recreo "Crobeto". En los últimos años se festeja el primer fin de semana siguiente a esta fecha y el lugar elegido es la Escuela No. 26 de San Fernando, por la facilidad de acceso tanto por tierra (a través de la balsa del muelle de Otamendi y el camino interisleño) o por vía fluvial (en lancha de pasajeros desde el puerto de Campana).

LA FIESTA DEL "DÍA DEL ISLEÑO" Y SUS CONNOTACIONES SOCIALES

Desde el año 1936 fue la fiesta regional más importante. El área Delta es tan extensa que sus comunicaciones, realizadas por vía fluvial exclusivamente, privan a sus pobladores de contactos más asiduos, por eso muchos de los asistentes no se veían desde el año anterior. Por esta razón, la fiesta del Día del Isleño es la cita obligada. Su importancia y la costumbre adquirida a través de varias generaciones permitía y permite la necesaria integración, no sólo entre los isleños sino también entre los asistentes de las poblaciones ribereñas que, atraídas por las fiestas deportivas y los espectáculos artísticos, preparan durante el día sus mejores galas para los ya célebres bailes con que culmina la fiesta.

Desde 1936 a la fecha hay una larga lista de autoridades nacionales y provinciales que asistieron a la celebración y valiosos artistas prestigiaron las tardes y las noches. Como no podía ser de otra manera, en ese entorno tejido por anticipadas expectativas de encuentros románticos, se constituyeron muchísimas parejas que hoy forman sólidas familias en nuestro Delta, en Tigre, San Fernando, Campana, Gualeguaychú, Zárate y muchas ciudades más.

Aún hoy día, en que gran parte de la población isleña hace ya tiempo emigró a las ciudades más próximas en busca de nuevas posibilidades laborales y para facilitar a sus hijos el acceso a una carrera por lo menos de nivel secundario, este día sigue siendo el momento y el lugar indicados para reencontrarse con sus ex-vecinos y también con el paisaje y los olores característicos que la vegetación le otorga al ambiente isleño. Porque más allá del tiempo y la distancia, debido al aislamiento que siempre existió con las poblaciones de las ciudades, los isleños se sienten como integrantes de una misma familia de la que nunca pueden prescindir.