19 DE SETIEMBRE: DIA NACIONAL DE LAS PERSONAS SORDAS

19 DE SETIEMBRE: DIA NACIONAL DE LAS PERSONAS SORDAS

Hace muchos años, exactamente el 19 de septiembre de 1885, el Congreso Nacional

Argentino sancionó una ley mediante la que se ordenaba la creación del primer

instituto nacional para sordomudos, que se constituyó en la primera escuela

oralista para Sordos de nuestro país. Por ello, todos los 19 de septiembre, en la

República Argentina, se conmemora el Día Nacional de las Personas Sordas, aunque

de la propia historia se puede deducir que se debería celebrar el día nacional de la

Lengua de Señas Argentina, lo que parecería una contradicción. Y de hecho, lo es.

Pero veamos el porqué.

La decisión política educativa en ese entonces, estaba orientada hacia una filosofía

dogmática en la educación especial para sordos: el oralismo. La aplicación de esta

corriente acarreó severas restricciones impuestas a los niños Sordos en relación al

uso de las manos para la comunicación. Aparece abiertamente la represión

lingüística. Debían aprender la lengua mayoritaria oyente (el español) para que se

los pudiera entender y además, “porque con las manos hablan los monos”.

El nuevo Instituto Nacional comenzó a funcionar un año después bajo la dirección

del canónigo italiano Serafino Balestra, quien afirmó: “… El ministerio de Cristo

debe abrir la boca del sordo … ” y en nombre de Dios y del habla llegó a usar la

electricidad como método terapéutico para excitar y encaminar los labios de los

niños Sordos.

Su interés se centraba obsesivamente en la abolición de las señas dentro de las

escuelas y luchó hasta borrar cualquier rastro de ella.

En 1897 se crea, en ese mismo instituto, una sección aparte para niñas sordas y se

mantuvo a los pequeños sordos separados por sexos.

Aún bajo la estricta prohibición de comunicarse con las manos, cada grupo, a

escondidas, en los recreos, durante las noches, cuando ningún ojo represor los

veía, se comunicaban por señas.

Posteriormente, en 1901 se separan las escuelas por sexos y se crea el instituto

Nacional de Niñas Sordomudas.

En esos tiempos, las únicas escuelas para Sordos se localizaban en Buenos Aires

razón por la que se organizaron como internados para los niños del interior del

país. Esta circunstancia, lejos de lo que se quería producir originalmente, facilitó

el desarrollo y la expansión de la lengua de señas argentina. Porque

paradójicamente fue allí donde podían comunicarse entre sí por señas y sin límites