Mundos íntimos. Contra todo pronóstico, mi hijo nació vivo. Tiene discapacidad, no habla, pero nos entendemos por la mirada.

Mundos íntimos. Contra todo pronóstico, mi hijo nació vivo. Tiene discapacidad, no habla, pero nos entendemos por la mirada.
Juntos. Nunca sintió que debía aceptar la condición del chico: los problemas siempre fueron su normalidad. Dice que él le enseñó a multiplicar el amor, y que no se deja caer porque la necesita.